[LUG.ro] Stallman tenía razón

"Sebastián D. Criado" sebastian.criado en gmail.com
Vie Ene 6 10:23:18 ART 2012


En lo personal, pienso que en la mayoría de sus análisis tiene razón.

En esta nota se muestran los dichos de RMS sobre algunas cosas que le
venimos escuchando desde hace años y que muchos acusaron de alarmismo y
de locura. Sin embargo con el advenimiento de SOPA, cada día tienen más
importancia.

Aunque no estoy del todo de acuerdo en la forma que el periodista hace
la nota, entiendo que lo que quiere hacer es dar vuelta una percepción
que generalmente tenemos al estar con RMS en algún lado y, la cual en
muchos casos hace que no se le preste la debida atención.


http://alt1040.com/2012/01/el-lado-menos-conocido-de-richard-stallman

Escena 1: hace unos meses en un lugar de la Argentina, el Centro
Cultural Córdoba-España. Personajes: Richard Stallman, un fotógrafo,
varios periodistas, público en general. El de barba lleva una remera
roja que resalta aún más su abdomen redondo. Baila sin música una
especia de polka. Ante los flashes del fotógrafo, se menea sin alterar
el rictus serio de su cara. Como si en realidad fuéramos nosotros lo que
no entendemos la razón última de todo eso. Un espectador de la escena
suelta: “Este tipo está chapa” (localismo que vendría a ser algo así
como “este tipo está loco”). Termina sus pasos y vuelve a una oficina
prestada a teclear su computadora china Lemote (la que pueden ver en la
foto de arriba), conocida en el mundo porque es una de las poquísimas
que no permite la instalación de Windows. Su netbook, como todos saben,
sólo porta software libre. El encargado de prensa de la institución que
invitó a un grupo de periodistas (entre los cuales iba yo, claro) a
entrevistar al pionero del software libre cuenta esta anécdotas y otras
(no acepta hospedarse en hoteles, toma Pepsi sin parar, es hosco y
curioso) como diciéndonos: “este tipo está loco”.

Esto fue en 2009. El autoritarismo que hoy emana del proyecto de Ley
conocido como SOPA entonces no era ni siquiera un atisbo de amenaza. Por
aquellos días sólo se hablaba de un hacker chino que iba a ser condenado
a la cárcel por distribuir un Windows crackeado. Al respecto con voz
robótica, en castellano, el gurú dijo frente a nosotros: “Cambiar y
redistribuir programas debería ser el derecho de cualquier usuario. Si
lo que ha hecho esta persona no es malo, debe ser legal. Si cambió
Windows eliminando funciones malévolas impuestas por Microsoft, entonces
esta persona es casi un héroe. Pero él debería haber compartido software
libre. Porque Windows, aún modificado, sigue siendo malo, ya que tiene
funcionalidades para vigilar, restringir y atacar a los mismos usuarios
que lo instalan”.

¿Quién hubiese imaginado entonces que en el 2012 algunos congresistas
estadounidenses verían con buenos ojos sistemas legales “antipiratas”
(vean bien las comillas) que hoy existen en China o Irán? Por su prédica
muchos consideraban a Richard Stallman como un payaso, un paranoico que
nada tenía que ver con el sistema perfecto que nos proponían las grandes
empresas. Ayer y hoy, el físico que se dedicó a la programación es
siempre atacado y señalado por la corporación como un defensor de la
piratería. “Cuándo me preguntan qué opino sobre la piratería yo
respondo… ¡Está muy mal atacar barcos!”, reía con ganas cuando decía
aquello.

-Usted dijo que las discográficas deberían desaparecer…- le pregunté.

Yo no les digo discográficas. Les digo fábricas de música, y la música
que sale de allí suena como salida de una fábrica. Ellos con sus leyes
privativas han atacado nuestra libertad. Su castigo debe ser ¡su
eliminación! No es malo que exista una empresa que venda discos. Lo malo
es que ellas pidan leyes que prohíban compartir. Merecen dejar de existir…

-¿Qué opina de Spotify, el servicio de música on line que hace furor en
el primer mundo?, insistí

Con Spotify sólo puedes escuchar la música; ni guardarla ni modificarla;
eso es una esposa digital. También te expone a un programa privativo. Es
injusto. Además, proporciona muy poco dinero a los músicos y más a las
empresas enemigas (discográficas). También impone identificarse, otro
mal. Todos los males siempre van juntos y no por casualidad.

Escena 2, al otro día: Stallman está descalzo sobre el estrado del
auditorio de la Facultad de Derecho. Descalzo recibe los honores de la
Universidad de Córdoba, Argentina. Lleva la misma remera roja chillona,
del día anterior. La prenda está coronada en lo más alto de su barriga
con una mancha de gaseosa. Durante su prédica de tres horas no deja
títere digital con cabeza. Uno de sus objetivos predilectos a la hora de
la trompada es el lector de libros digitales Kindle de Amazon, ya que lo
acusa de controlar y vigilar a los usuarios.

“Se llama Kindle por que ellos quieren ‘encender’ nuestros libros”, dice
ejemplificando con aquel conocido caso de la eliminación remota de un
libro por problemas de derechos de autor. “¡Ese libro era ‘1984’ de
Orwell! Parece un chiste”. Suelta su rollo una vez más, ante el delirio
de sus fans, con talentos de cómico de stand up. Tanto es así que la
conferencia termina con el propio Stallman disfrazado de santo (San
IGNUcio), con un disco rígido como aureola, y bendiciendo a la distancia
las computadoras portátiles presentes. No podría probarlo, pero por el
rictus de las autoridades de la facultad, pensaban que el tío está de la
cabeza.

Camina lento. Esucha a todas las personas que se le acercan. Siempre
está rodeado cuando va “de gira”. Lleva siempre una Pepsi en la mano.
Cada tanto necesita escaparse de las obligaciones (conferencia, charla
con autoridades, almuerzos y cenas, entrevistas) y se esconde en alguna
pieza a darle a su Lemote. Aquel día estuvimos toda una larga jornada,
de aquí para allá, con el padre del software libre. Hoy recuerdo, como
si fuese ayer, otras preguntas que le hicimos con el grupo de periodistas:

-¿También cree en el voto electrónico con soporte de software libre?

La votación por computadora no es de confiar. Es un camino al fraude.
Hay que votar en papel. No hay ninguna manera de controlar la votación,
aun con soft libre.

No es un interlocutor muy amable, Stallman. Es común que corte a los
periodistas con un sonoro: “No escucho si no me habla lento”, al borde
del enojo. Su castellano lento es casi perfecto, pero acusa una sordera
que obliga a repetir varias veces la requisitoria.

También exige precisión cirujana para componer las consultas; si no, su
respuesta invariable será: “Ésa pregunta es muy vaga, no sé responder
preguntas vagas”…

-¿Por qué sostiene que es ridículo que los programas no se puedan copiar
libremente?

Otra obra de uso práctico como los programas son las recetas de cocina,
por ejemplo. Cualquiera puede compartir recetas, modificarlas y volver a
enseñarlas. Imaginate si el Estado, por intercambiar recetas, te llama
pirata y te manda a cárcel. Imaginate el enojo que habría… Con el mismo
enojo ya lancé el movimiento de software libre en 1983.

Un poco de historia: Stallman entonces era un promisorio programador del
MIT (Massachusetts Institute of Technology), Estados Unidos. Atildadito,
lucía el pelo corto y la tez rala. Allí ejecutaba y leía código de UNIX,
el sistema operativo que reinaba en la prehistoria de la computación
personal. Él, como muchos de sus compañeros, estaban acostumbrados a
crear programas y pasárselos para ir mejorándolos o adaptándolos. Pero
de a poco, con el crecimiento del negocio, muchos de estos sistemas
fueron adquiriendo licencias que resguardaban los derechos de autor.
Desde entonces, ya no sólo era dificultoso leer el código de los
programas e intervenir en ellos sino que pasó a ser ilegal.

Una de las características salientes del protagonista de esta historia
es que puso en acción sus ideas. Lo dicho: como no se podía meter manos
a los programas que fueron haciendo valer sus licencias… él tuvo la
intención de inventar uno. Un sistema operativo basado en UNIX, pero
cuya licencia dejase en claro que era libre: cualquiera podía
modificarlo, siempre y cuando la resultante también fuera de uso libre.

Hoy con los peligros de SOPA dando vueltas, con tantas miradas e
intenciones puestas en controlar la web, no puedo dejar pensar en estas
respuestas que dio Stallman en 2009. En su coherencia de 30 años. No
puedo dejar de pensar que el lado menos conocido de Stallman es ¡la
cordura! ¡la visión! Nunca este programador estuvo loco, su paranoia no
era tal.

Sí, él es una persona que sufre problemas de hipoacusia. Pero, quizá,
los sordos éramos nosotros.
-- 
Sebastian.Criado en gmail.com - GPG : 1024D/AF0452F0
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"Si  el  Universo fuera un programa estaría hecho
en C, y correría sobre un sistema UNIX"  Anónimo.



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